Ojalá no sea Tezanos quien hace los datos de afiliación y paro
Los datos de afiliación a la Seguridad Social de noviembre fueron demasiado buenos. Tan buenos, que me recuerdan la frase inglesa “too good to be true” -demasiado buenos para ser ciertos-. Analizando los datos de los meses de octubre de los últimos 21 años se observa que el incremento mensual de la afiliación de 2021 fue el mayor (+0,8%).
Así, el incremento mensual de la afiliación de noviembre (+0,3%) sorprende por tres motivos: 1) en la mitad de los 20 años anteriores, en noviembre cayó la afiliación en comparación con la de octubre; 2) el incremento mensual de noviembre de 2021 es el mayor para ese mes de los últimos 21 años; 3) el mismo se produce después de un octubre récord. La afiliación a la Seguridad Social de noviembre marcó un nuevo máximo histórico, con 19,75 millones de afiliados. La afiliación media de los primeros once meses del año es 0,3% mayor que la de hace dos años.
Veamos ahora qué pasa con la producción. El PIB promedio de los primeros tres trimestres de 2021 fue, en volumen, 7,4% inferior al del mismo período de 2019. Comparando los mismos períodos, encontramos que las ventas de los servicios no financieros son ahora un 5% menores (e incluso menos, si restamos la inflación) y que la producción industrial es un 3,8% más baja. Las matriculaciones de turismos entre enero y octubre fueron un 32,6% menores que las del mismo período de 2019. La llegada de turistas del exterior tuvo una caída de 67,4% en el mismo lapso.
Es decir que la evolución del empleo no cuadra con la de la actividad económica. Aun si tenemos en cuenta la mayor cantidad de personas que ahora están en ERTE (de media, 2,9% del total de ocupados) y restringiéndonos al empleo privado (1,1% inferior, en promedio, entre enero y noviembre de 2021 que en igual período de 2019), nos queda una diferencia muy grande por explicar.
Entiéndase bien: es una gran noticia que aumente la afiliación y baje el paro. La preocupación radica en la sostenibilidad de los empleos que se están creando. Porque si los niveles de producción y ventas son más bajos que los de hace dos años, pero el nivel de ocupación es igual (aunque un poco más bajo si nos restringimos al sector privado y excluimos del empleo a las personas en ERTE), la conclusión es que la producción media por ocupado (la productividad) está sufriendo un importante deterioro.
No dudo de la calidad de las estadísticas oficiales (el título es una broma). Solo digo que la dinámica actual es insostenible, porque una menor producción por persona quiere decir que se necesita más gente para alcanzar un mismo nivel de producción (o que el mismo número de personas ahora produce un volumen inferior). Que eso es insostenible es fácil de ver cuando nos referimos a una empresa. El caso es que es igualmente insostenible cuando hablamos de la economía nacional.
Una menor productividad puede compensarse bajando costes. Pero los costes laborales, impositivos y de insumos están subiendo. Otra posibilidad es que la menor productividad se compense con un aumento de los precios de venta, como ocurrió durante la burbuja de 2004-2007, promovida por la expansión de gasto público y falta de reformas de ZP. Eso ahora tampoco ocurre, porque la inflación responde al aumento de costes (materias primas, fletes, etc.).
En economía es mucho más difícil saber los “cuándo” que los “qué”: podemos estar seguros de que una caída de la productividad es insostenible; no sabemos cuánto tiempo puede aguantar así. También podemos estar seguros de quiénes pagarán los “platos rotos”: todos los que perderán su empleo, exactamente igual que pasó en 2009 a 2011 (cuando afloró la realidad) y también en 2012 y 2013 (cuando se tuvieron que hacer, de golpe, todas las reformas que ZP no quiso hacer).